La población de inmigrantes no autorizados en Estados Unidos alcanzó un máximo histórico de 14 millones de personas en 2023, un incremento sin precedentes que refleja tanto los efectos persistentes de la pandemia de Covid-19 como los cambios en las políticas migratorias de la administración Biden, según revelan nuevas estimaciones del Centro de Investigación Pew.

El aumento de 3.5 millones de personas en apenas dos años –de 2021 a 2023– representa el crecimiento más acelerado jamás registrado en esta población, superando el récord anterior de 12.2 millones establecido en 2007. Sin embargo, esta tendencia alcista se ha revertido dramáticamente en 2025 con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.

“Estamos ante un fenómeno migratorio de dimensiones históricas”, explicó un investigador del Centro Pew que pidió no ser identificado. “Lo que vemos es el resultado de políticas que permitieron la entrada masiva de personas con estatus temporales, pero también el impacto inmediato de su revocación”.

La cifra de 2023 sitúa a los inmigrantes no autorizados como el 4.1% de la población total estadounidense y el 27% de todos los inmigrantes en el país, un salto significativo desde el 3.1% y 22% respectivamente que representaban en 2021.

Lo que distingue este aumento histórico es su composición. Mientras que en el pasado la mayoría de los indocumentados eran personas que habían cruzado la frontera ilegalmente o permanecido más tiempo del permitido por sus visas, en 2023 más del 40% de esta población tenía algún tipo de protección temporal contra la deportación.

Aproximadamente 6 millones de inmigrantes sin estatus legal completo gozaban de alguna forma de protección contra la deportación en 2023, un aumento vertiginoso desde los 2.7 millones de 2021. En comparación, cuando la población indocumentada alcanzó su máximo anterior en 2007, sólo unas 500 mil personas tenían protecciones similares.

Los grupos más numerosos con protección temporal incluían: solicitantes de asilo: 2.6 millones

• Personas bajo libertad condicional migratoria: 700 mil.

• Víctimas de crímenes o violencia: 700 mil.

• Beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS): 650 mil.

• Inscritos en el programa DACA para jóvenes llegados de niños, los llamados ‘dreamers’: 600 mil.

Además, un millón de migrantes interceptados por la Patrulla Fronteriza fueron liberados en Estados Unidos, típicamente con órdenes de comparecer ante tribunales de inmigración.

El péndulo de las políticas

La administración Biden implementó una serie de cambios que facilitaron la llegada de inmigrantes con estatus protegido y permitieron que otros obtuvieran protección poco después de llegar. Estas políticas incluyeron la expansión de programas de libertad condicional humanitaria y la aceptación masiva de solicitudes de asilo.

Sin embargo, la llegada de Trump a la Presidencia en enero de 2025 ha revertido abruptamente estas tendencias. Las nuevas políticas han eliminado protecciones para cientos de miles de personas:

Revocó las protecciones y permisos de trabajo para aproximadamente 500 mil personas bajo libertad condicional de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.

Permitió que expiraran las protecciones para unas 350 mil personas venezolanas y 350 mil haitianas con TPS.

Suspendió la aceptación de solicitudes de asilo de inmigrantes que ingresan por la frontera Sur.

Prácticamente eliminó la liberación de inmigrantes interceptados en la frontera.

Un futuro incierto

Los datos preliminares sugieren que el crecimiento de la población indocumentada se desaceleró considerablemente en la segunda mitad de 2024, incluso antes del cambio de administración, cuando Biden endureció las políticas fronterizas y suspendió varios programas de libertad condicional.

Para 2025, los expertos estiman que la población indocumentada probablemente ha comenzado a declinar debido al aumento en las deportaciones y la reducción de protecciones bajo Trump, aunque probablemente permanece por encima de los niveles de 2023.

“Estas protecciones temporales pueden ser –y en algunos casos han sido– removidas por el Gobierno federal, a veces con poca notificación previa”, advierte el reporte de Pew, una realidad que ahora viven cientos de miles de familias.

El péndulo de las políticas migratorias estadounidenses ha creado una montaña rusa demográfica sin precedentes. Mientras que la población de inmigrantes legales creció de manera constante de 24.1 millones en 2000 a 37.8 millones en 2023 –impulsada principalmente por naturalizaciones que aumentaron de 10.7 millones a 23.8 millones– la población indocumentada ha experimentado fluctuaciones dramáticas que reflejan los vaivenes políticos de Washington.

Para las familias atrapadas en esta incertidumbre, los números representan algo más que estadísticas: son vidas humanas navegando un sistema migratorio que cambia con cada administración, donde la diferencia entre la protección temporal y la deportación puede decidirse en cuestión de meses.

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