La tienda Dulcelandia suele estar repleta de compradores antes de las fiestas por la Independencia de México, pero actualmente se encuentra prácticamente vacía.

Con las redadas migratorias extendiéndose por Chicago, una de las ciudades con más mexicanos en EU y un bastión demócrata, el temor se ha apoderado de compradores, trabajadores y hasta turistas, que han optado por quedarse en casa el mayor tiempo posible.

El viernes, unos días después de que el Presidente Trump lanzara su ofensiva en la tercera urbe estadounidense más poblada, un mexicano fue asesinado a balazos por un agente del ICE, que acusó al hombre de arrollarlo con su auto al intentar evadir su detención.

Tal vez en ningún lugar es más visible el miedo que en La Villita, un corredor repleto de taquerías, tiendas con alimentos mexicanos, boutiques para quinceañeras y más negocios.

Del sector han desaparecido un gran número de establecimientos y el flujo peatonal cayó hasta 30 por ciento, advirtió Jennifer Aguilar, directora de la Cámara de Comercio local.

Marco Rodríguez, cuya familia tiene una Dulcelandia en La Villita, reporta una baja anual del 50 por ciento en sus ventas.

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