París.– El lunes, un día después de que la Unión Europea y Estados Unidos llegaran a un acuerdo comercial, el gobierno francés arremetió contra el pacto, pidiendo en su lugar represalias arancelarias y advirtiendo que Europa se vería políticamente debilitada si no respondía.

“Es un día oscuro cuando una alianza de pueblos libres, reunidos para afirmar sus valores y defender sus intereses, decide someterse”, escribió el primer ministro François Bayrou sobre el acuerdo, que impone aranceles del 15 por ciento a las importaciones europeas a Estados Unidos, pero reduce las barreras para las importaciones estadounidenses en los países europeos.

Francia había encabezado una ofensiva en Europa para tomar represalias contra Estados Unidos antes del acuerdo, después de una amenaza anterior del presidente Donald Trump de imponer un arancel punitivo del 30 por ciento a los europeos. Las amenazas arancelarias intermitentes de Trump habían movilizado en particular al presidente Emmanuel Macron, quien dijo que la Unión Europea no tenía otra opción más que hacer una demostración de fuerza.

Macron aún no se ha pronunciado sobre el reciente acuerdo, pero los ataques más duros de un grupo de los miembros más cercanos de su gabinete coincidían con su postura cada vez más enfrentada hacia Trump. La semana pasada, Macron dijo que su gobierno reconocería un Estado palestino, alejando a Francia de Estados Unidos y de la mayoría de sus aliados más próximos, y arriesgándose a generar fricciones con Trump.

Ahora que las líneas generales del acuerdo comercial son más claras, el gobierno de Macron ha redoblado la apuesta. Benjamin Haddad, ministro francés a cargo de Asuntos Europeos, señaló que el acuerdo comercial de Trump equivalía a una táctica depredadora y pidió que Europa activara sus facultades para gravar los servicios digitales estadounidenses o excluir a las empresas tecnológicas de Estados Unidos de los contratos públicos en Europa.

“El libre comercio que ha traído prosperidad compartida a ambos lados del Atlántico desde el final de la Segunda Guerra Mundial está siendo rechazado ahora por Estados Unidos, que ha optado por la coacción económica y el desprecio absoluto de las normas de la OMC”, escribió Haddad el lunes. “Debemos sacar rápidamente las conclusiones necesarias o corremos el riesgo de ser aniquilados”.

Trump y Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, se enfocaron en la magnitud del acuerdo comercial cuando se reunieron el domingo en el campo de golf de Trump en Escocia. Ambas partes mantienen la relación económica más grande del mundo, con un comercio anual de bienes y servicios de casi 2 billones de dólares.

A pesar de que Francia presionó a otros países europeos para que adoptaran una postura más dura, la mayoría de ellos deseaba un acuerdo rápido. Von der Leyen “simplemente tuvo en cuenta los deseos de la mayoría de los Estados miembros que no quieren una confrontación con Estados Unidos”, escribió el lunes Gérard Araud, exembajador de Francia en Estados Unidos.

Un arancel del 15 por ciento sobre los productos de la Unión Europea es un aumento notable cuando hace apenas unas semanas Europa estaba trabajando en la negociación de un arancel general del 10 por ciento. Muchas empresas europeas estarán en peores condiciones con el nuevo acuerdo que antes de la guerra comercial de Trump, cuando los aranceles a la importación de Estados Unidos eran de un solo dígito.

Aunque el acuerdo supone un notable alivio para la gigantesca industria automovilística europea —en particular para los fabricantes alemanes como Volkswagen y Mercedes-Benz, que enfrentaban aranceles separados del 25 por ciento—, también pone en aprietos a otras industrias europeas.

Francia, en particular, no consiguió lo que había estado pidiendo en varios ámbitos. Algunas industrias clave obtuvieron exenciones de los aranceles, incluidos los aviones, lo cual beneficiará al gigante aeroespacial europeo Airbus, con sede en Toulouse, Francia, así como a su rival estadounidense, Boeing.

Sin embargo, muchas empresas emblemáticas de lo “Hecho en Francia” podrían ver cómo sus productos se vuelven más caros para los compradores estadounidenses. El coñac, el vino y el champán franceses, por ejemplo, representan casi la mitad de todas las exportaciones de bebidas europeas a Estados Unidos. Las negociaciones sobre una posible exención de las industrias del vino y los licores continúan, dijo Von der Leyen.

La Federación de Exportadores de Vinos y Licores Franceses dijo que, de no conseguirse una exención, se produciría una “conmoción extremadamente violenta” a ambos lados del Atlántico. Según la asociación Wine & Spirits Wholesalers of America, un arancel del 15 por ciento sobre los vinos europeos podría poner en peligro 17.000 empleos y costar 2500 millones de dólares a las empresas estadounidenses.

También están en peligro los productos cosméticos franceses, que antes tenían arancel cero para entrar en Estados Unidos. Ahora se gravarán con un 15 por ciento, señaló Emmanuel Guichard, secretario general de la Federación de Empresas de Belleza, que incluye a L’Oreal y LVMH, propietaria de Sephora y de marcas de belleza de gama alta como los perfumes Christian Dior. Ese cambio supone “una amenaza significativa” que podría poner en peligro hasta 5000 empleos, dijo.

Y el lunes, mientras Trump se dirigía a su campo de golf en Escocia con el primer ministro británico, Keir Starmer, quedó en evidencia la desigualdad de los acuerdos comerciales de Estados Unidos con la Unión Europea y el Reino Unido.

Trump y Starmer negociaron un acuerdo previo para un arancel general del 10 por ciento sobre los productos británicos en Estados Unidos, incluyendo los automóviles fabricados en el Reino Unido. Las empresas europeas estaban ansiosas por no ser gravadas con la tasa del 30 por ciento con la que Trump había amenazado, pero aún temen que un impuesto del 15 por ciento encarezca sus exportaciones en Estados Unidos más que los productos británicos.

“Este acuerdo no debería ser el final de la historia”, dijo el lunes el ministro francés de Comercio Exterior, Laurent Saint-Martin. Si lo es, “simplemente nos habríamos debilitado”.

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