Ciudad de México.- Los monumentos prehispánicos que se trasladaron de los tramos 6 y 7 del Tren Maya al Parque Balam Tun, en Chetumal, Quintana Roo, ya habían sido saqueados o presentaban deterioros, aseguró el coordinador del salvamento arqueológico de la obra, Manuel Pérez Rivas.

Ninguna edificación o estructura de valor excepcional se trasladó a este parque, afirmó el arqueólogo en entrevista.

«Generalmente movimos monumentos, algunos de grandes dimensiones», explicó, «pero (estos) ya mostraban algún grado de deterioro, habían sido objeto de saqueo, de retiro de piedras; se veían muchos de ellos como montículos y, a la hora de explorarlos, salieron restos de muros, pero, por ejemplo, no tenemos ni un solo edificio abovedado completo que haya sido trasladado.

«Entonces, si bien son importantes, algunos de ellos ya no se encontraron preservados excepcionalmente», enfatizó Pérez Rivas ante la polémica que generó la reubicación de vestigios mayas en el nuevo Parque Arqueológico Balam Tun, una acción que motivó en días recientes la actualización de una denuncia de hechos presentada por investigadores del INAH, quienes acusan que el Tren Maya provocó destrucción de patrimonio.

Los más de 66 mil monumentos muebles e inmuebles detectados en todo el trazo del tren, que abarca mil 523 kilómetros, ameritaron un salvamento arqueológico dividido en categorías, de los más sencillos a los excepcionales, aseguró al respecto.

Los primeros y más comunes son, por ejemplo, restos de construcciones domésticas. Le siguen los monumentos relevantes, como plataformas habitacionales de alto estatus o estructuras pertenecientes a los centros de los sitios prehispánicos, y, por último, los de valor excepcional, entre los cuales destacan templos con fachadas zoomorfas.

En el caso de los más sencillos se recuperó la información científica que aportaban, los relevantes debían permanecer in situ y los excepcionales obligaron a cambiar el trazo del tren, expuso.

Se efectuaron entre 12 y 15 cambios en la obra ferroviaria para preservar alrededor de 336 vestigios de gran valor, detalló Pérez Rivas.

Los 36 monumentos reubicados en Balam Tun corresponden a la categoría intermedia y su presencia es múltiple en el área maya, dijo.

«Tenemos una gran densidad. Prácticamente no pasan de 500 metros cuando tenemos un monumento y otro, y otro».

La protección in situ para estos vestigios incluyó la edificación de muros de contención para evitar el contacto de la obra con ellos, viaductos que los libraron al pasar por encima y el recubrimiento y encapsulamiento bajo el área, enlistó el arqueólogo.

Pero cuando el suelo representó un desafío para la estabilidad del tren, hubo que retirar los monumentos.

«(El suelo) no permitía que se hiciera la cubierta del monumento y asegurar que el tren tuviera la estabilidad necesaria, porque es muy plástico; tenían que hacer un cajón justamente para darle estabilidad, y esto no era compatible con dejar los monumentos in situ.

«Definitivamente, por las características del suelo, del trazo de la obra, se tuvo que tomar la decisión de explorarlos en su totalidad, hacer un registro muy detallado, como se hizo con todo lo demás, y proceder a su reubicación piedra por piedra», explicó.

Las antiguas edificaciones mayas no sólo se movieron de lugar, previo consenso del Consejo de Arqueología del INAH, sino que hubo también -como en el resto de los monumentos, dijo- una recuperación de materiales asociados, como cerámica, lítica y entierros.

La restitución de los monumentos piedra por piedra fue cuidadosa y preservó además información relativa a los materiales de fábrica, agregó.

«En general, los mayas usaban rellenos de piedra, con tierra y cal, y los rellenos originales de los edificios fueron movidos junto con las piedras».

¿Qué ver en el nuevo parque?

En Balam Tun el público podrá conocer, entre otros aspectos, la vida doméstica de las élites mayas del sur de Campeche y Quintana Roo, y la prosperidad de áreas que antes se consideraron marginales, resaltó Pérez Rivas.

«Originalmente, por la presencia de Calakmul, se tenía la hipótesis de que el área cercana a Becán, Xpujil, a Nicolás Bravo, había sido marginal, justamente por la influencia de Calakmul, y que habían sido desarrollos locales limitados. Vemos que no.

«Realmente eran comunidades que tenían muy buena comunicación entre sí, que tenían una economía muy desarrollada; en las poblaciones había muchísimos grupos de mediano y de alto estatus, entonces había una economía próspera y un intercambio muy complejo de bienes», puntualizó.

Igualmente habrá en Balam Tun edificios de tipo administrativo, indicó Pérez Rivas, y, según él, hay mucha expectativa entre el público por visitar el parque.

«Obviamente no se les miente, no es una zona arqueológica: es un Parque de la Memoria donde están los edificios, que son tratados como si fueran piezas de museo».

Falta definir operación

Mientras avanzan las obras para abrir Balam Tun, con monumentos trasladados desde los tramos 6 y 7 Tren Maya, los aspectos relacionados con el manejo y administración del sitio aguardan definiciones.

«La idea es que en principio sea un manejo conjunto. El Gobierno de Quintana Roo es el propietario de los terrenos, promotor de la iniciativa de acercar a la población este patrimonio, y el INAH es el encargado de la parte normativa, de la parte de la custodia.

«Se va a hacer un convenio justamente para que garantice el mantenimiento la custodia y el acceso de la gente», explicó el coordinador del salvamento arqueológico del Tren Maya.

El ingreso del público, opinó, debería de ser «o muy accesible o gratuito, para que la gente se motive y vea este tipo de vestigios».

Balam Tun, de próxima apertura, se ubicará dentro del Parque Arqueológico Andrés Quintana Roo, en Chetumal, mientras que en la Estación Xpujil del Tren Maya, en Campeche, habrá un segundo Parque de la Memoria: K'awiil.

…Y reportan más hallazgos

El Tramo 7 del Tren Maya concentra más de 12 mil monumentos arqueológicos registrados, de los cuales cerca de la mitad han sido intervenidos, reveló Pérez Rivas, responsable del salvamento de la obra.

El especialista subrayó que el volumen de hallazgos y excavaciones contrasta con lo ocurrido en otras obras de infraestructura en la misma área, como una línea de transmisión que recorre el 70 por ciento del trazo ferroviario, pero en la que se reportaron menos registros y menor nivel de excavación.

«Estamos haciendo mejor el trabajo, estamos haciendo algo mucho más exhaustivo», aseguró ante las críticas por el actuar del INAH.

La complicación es la misma, ponderó, la diferencia es que esas obras «no han sido tan publicitadas».

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