La Fiscalía General de la República (FGR) investiga la falsificación de un medicamento de Bristol-Myers Squibb para el tratamiento contra el cáncer, el cual empezó a ser distribuido y comercializado cuando menos desde hace cuatro años.
Se trata del producto denominado Opdivo, con registro sanitario 292M2016SSA y empleado para combatir y tratar el melanoma no resecable o metastásico, de acuerdo con documentos judiciales.
El medicamento también es usado para tratar el cáncer de pulmón de células no pequeñas, tanto de tipo escamoso como no escamoso, metastásico con progresión durante o después de las quimioterapias, y cáncer avanzado de células renales que han recibido terapias previas antiangiogénicas.
La Fiscalía Especial en Investigación de Delitos Contra los Derechos de Autor y la Propiedad Industrial de la FGR lleva a cabo la indagatoria por los delitos de falsificación de medicamentos, así como por producción y comercialización de productos que ostentan falsificaciones de marcas (piratería).
La indagatoria inició porque en 2021 Bristol-Myers Squibb denunció ante la Fiscalía la falsificación de su producto.
Según documentos judiciales, el 1 de junio de ese año la farmacéutica estadounidense tuvo conocimiento de una queja en la que se reportó que un paciente sufrió un shock y fue hospitalizado, apenas diez minutos después de que le infundieran dos viales de 100 miligramos y uno de 40 miligramos de Opdivo.
Los primeros tenían como fecha de caducidad enero de 2022 y el otro abril del mismo año.
El paciente era Julio Rea Lugo y había sido internado en una unidad de cuidados intensivos de un hospital privado de Aguascalientes, donde el 7 de junio del mismo año fallecería.
En su momento, los deudos dieron a conocer que el medicamento lo obtuvieron a través de la aseguradora Gastos Médicos La Latino Seguros, a un costo de 90 mil pesos.
A raíz de este caso, el médico tratante proporcionó dos fotografías del medicamento y la cotización del producto a un responsable sanitario y gerente de operaciones de calidad de la multinacional estadounidense.
Este último verificó las imágenes y dictaminó que los números de lotes (ABL4615 y ABR8518) y caducidades correspondían a los registros originales.
Pero al examinar las imágenes enviadas, determinó que no correspondían a los productos auténticos, además de que los códigos tampoco eran coincidentes con el arte y diseño aprobado para el producto.
Los familiares denunciaron la muerte del paciente en la Fiscalía de Aguascalientes, mientras que el laboratorio denunció la falsificación y comercialización de su marca en la FGR.
Al menos esta última carpeta de investigación sigue abierta y no ha sido determinada por la autoridad federal, cuatro años después de haber sido presentada la querella.