-Regalan camisas rojas pero no se las ponen
-Visos de premio a traidor de los acordeones
-Alzas de precios en medio de estancamiento
-Desentona aeropuerto con Polo del Bienestar
La contienda por la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Administrativos de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (STAUACJ) ha entrado en su recta final bajo presión superior a los 40 grados centígrados que agobian a la más fabulosa de las fronteras.
A solo días de la elección, han quedado muy visibles las diferencias en estrategia, recursos… y también en recepción por parte de la base trabajadora. Este año se registraron dos planillas: la Roja, encabezada nuevamente por Alejandro Martínez; y la Azul, de Gilberto Esparza, que ha sorprendido por el eco alcanzado en distintas áreas de la universidad.
La Planilla Roja, ya lo hizo costumbre, ha echado mano de un presupuesto robusto, camisetas nuevas (rojo PRI), presencia visual en casi todos los espacios y, según reportes, incluso la contratación de una agencia de marketing profesional para diseñar la imagen de campaña. ¡Sí dejan las cuotas sindicales!
Lo que no se puede comprar es el ánimo de la base, ahí parece que algo no está funcionando porque la Roja anda descolorida tirando a rosa tenue.
Según fuentes internas, en Rectoría apenas asistieron a reunión 25 trabajadores de los 150 que integran esa delegación al evento convocado por Martínez. En Mantenimiento ni siquiera ha intentado visitar, y en los Institutos la recepción ha sido fría. Los trabajadores reciben las camisas rojas, pero no se las ponen.
Eso ha comenzado a preocupar al candidato, quien ha comentado en corto su malestar por el desánimo que incluso su propia gente proyecta, hasta en Deportes, donde ha soltado más con qué querer.
Del otro lado, la planilla Azul —con recursos mucho más modestos— está dando dolores de cabeza. Su crecimiento ha sido más silencioso, pero firme, y ha sabido posicionarse como una alternativa frente al desgaste de la dirigencia actual. Alejandro, por su parte, ha comenzado a justificar sus preocupaciones diciendo que Gerardo Cháirez, presidente de la Comisión Electoral, es “uno de sus pupilos” y que él mismo ha asegurado que no permitirán fraude en esta elección. El solo hecho de que se mencione ese tema en voz alta, habla del nivel de desconfianza que ha permeado incluso entre los suyos.
La campaña cierra este martes, y el miércoles será el día de reflexión antes de la jornada electoral. Lo que ocurra el 12 de junio será clave no solo para elegir un nuevo comité, sino para medir cuánto respaldo real le queda a una figura sindical que, aunque lo niegue, sabe que ya no arrastra multitudes. Esta elección podría marcar el inicio de un nuevo ciclo… o el fin de uno que ya ha durado demasiado
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Eduardo “Lalo” Gutiérrez ignoró los acordeones oficiales del PRIAN en Juárez porque su filiación es al grupo del exgobernador blanquiazul, hoy morenista y hasta ideólogo de la 4T, Javier Corral Jurado.
Todo indica que no habrá sanción, sino que irónicamente, recibirá como premio la administración del Parque Central, de la que acaba de ser renunciado el fuereño, David Rocha.
Esa decisión que parece inminente ha parado de pestañas al panismo juarense. Como este caso, han salido a relucir simulaciones, reproches y hasta traiciones por la falta de compromiso político, ingrediente principal por el que sigue apachurrado el blanquiazul en esta frontera.
Uno de los casos de traición que estuvo a punto de hacer piedra la bilis a varios durante la elección del primer domingo de junio fue precisamente Eduardo Gutiérrez, conocido corralista.
En un acto de abierta ingratitud, decidió ignorar la lista “oficial” de candidatos apoyados por su partido para dar su voto exclusivamente y en todos los espacios de la boleta a Ulises Pacheco e invalidar el resto de las opciones. Ulises, ya lo sabemos, es un ultra corralista.
Pese a esa traición, Gutiérrez estaría recibiendo la administración del Parque y los panistas una patada en lo más bajo.
El susodicho ocupó antes la subrecaudación de Rentas bajo la dirección de Laura Marín, exrecaudadora. Ha intentado desvincularse de su pasado político eliminando fotografías y referencias públicas que lo relacionan con esa etapa.
En versión digital de La Columna tenemos algunos testimonios del propio Gutiérrez en la promoción electoral exclusiva de Pacheco y de éste cuando era públicamente fervoroso de Corral aunque hoy lo niegue.
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A pesar de que en mayo se aplica una reducción en tarifas eléctricas en varias ciudades, la inflación estacional o no subyacente, -5.34%-, rebasó al indicador general, -4.42%-, lo que debe preocupar a todos.
Esto significa que, a pesar del alivio temporal en los precios de la electricidad, otros productos dentro de este grupo -como los alimentos agropecuarios- se encarecieron de forma significativa y siguen subiendo.
Refleja además, aumentos especialmente fuertes en productos pecuarios, como carne y pollo, que registraron alzas mensuales de más del tres por ciento. Estos alimentos, básicos en la dieta de millones de hogares, presionan el bolsillo de las familias más vulnerables.
Que este componente haya superado incluso a la inflación general es una señal de que los precios más volátiles están descontrolados y empujando al alza el costo de vida.
Al mismo tiempo, la inflación subyacente —que excluye estos productos más inestables— también se mantiene elevada, con una tasa anual de 4.06 %.
Esto confirma que no se trata sólo de factores pasajeros o estacionales, sino que existen presiones de fondo en el mercado, como aumentos en servicios, mercancías y costos estructurales, que sostienen la inflación alta.
México enfrenta una combinación delicada: alzas persistentes en productos básicos, junto con aumentos amplios en servicios y mercancías, todo esto en un contexto de crecimiento económico muy débil.
El riesgo es claro: que la inflación se siga extendiendo mientras las herramientas para contenerla se le van agotando tanto al gobierno como al Banco de México.
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En el sector privado de la frontera fue visto como esperanzador el anuncio de hace unas semanas del secretario de Economía, Marcelo Ebrard, sobre la inclusión de Juárez en el proyecto de los Polos de Desarrollo para el Bienestar, orientado a la atracción de inversiones mediante un agresivo plan de estímulos fiscales.
Desde hace alrededor de un mes, sin embargo, la Secretaría de Economía no ha vuelto a dar luz sobre sus planes, así que acá esperan novedades en breve.
La deducción inmediata y total en inversiones en activos fijos nuevos, la deducción adicional del 25 por ciento en programas de capacitación y también del 25 por ciento a las iniciativas de investigación y desarrollo de las empresas, son sin duda alicientes para la inversión nacional y extranjera en la ciudad.
El paquete completo anunciado por Ebrard Casaubón es muy amplio y atractivo, coinciden tanto en el sector maquilador como en de otras industrias y el comercio, pero hay dos prietitos en el arroz que no acaban de digerirse por el empresariado.
El primero es el rezagado Centro de Convenciones, en proyecto desde hace dos décadas, empantanado por todo tipo de intereses que coexisten en la frontera y sin visos de realizarse porque el tema no hace otra cosa más que resurgir en la opinión pública dos o tres veces al año, para luego volver a quedar en el olvido.
El otro prietito es el aeropuerto chafa Abraham González, concesionado al Grupo Aeroportuario Centro Norte (OMA), que se hace el occiso cada vez que las autoridades municipales y estatales, los empresarios y los ciudadanos en general, reclaman sus deficiencias y su eterna remodelación.
Son dos asuntos de interés primordial para los juarenses y que encajan perfectamente en el nuevo modelo de los Polos del Bienestar, orientados a mejorar las condiciones para inversiones que generen empleos de calidad para los ciudadanos.
Son dos proyectos que bien caben en el modelo de la 4T. A menos, claro, que sea pura demagogia eso de los polos y estén diseñados para acabar en la nada, para variar.