Sube y baja de los caballos desde que tiene tres años. Su padre, su tío y su abuelo, además de un traje de charro, pusieron en sus manos las riendas para dirigir «a pelo» la libertad entre otras dotes.

El reconocimiento al trabajo justo y bien pagado, la igualdad entre seres humanos, el derecho a pensar distinto, a ser arriesgado, a proponer estéticas de una masculinidad en transformación, sin dejar de lado su esencia, son rasgos que prevalecen en el estilo de Patricio Campillo.

«El estilo charro es una expresión cultural mexicana que combina elegancia y tradición. Más que una vestimenta, simboliza orgullo nacional y raíces rancheras. Se distingue por los trajes entallados con chaquetas cortas, pantalones adornados, moño y sombrero. Un estilo que hoy me inspira una reinterpretación que bien puede ir con el gusto de hombres contemporáneos», dijo a Reforma, antes de desfilar en NY.

Para Patricio Campillo el verdadero lujo es estar sano y hacer lo que le apasiona. Su compromiso como diseñador parte del enorme privilegio de haber nacido en este País.

«México lleva muchos años siendo un lugar de artistas y gente de visión única. El mundo se ha dado cuenta de lo que pasa aquí».

Patricio Campillo,

diseñador.

«Mis íconos son la gente con la que trabajo. Chino Castilla estilista, Yazmín Estrada jefa de taller, contando a cada uno desde hace más de una década. En equipo, hemos creado una plataforma de diseño que trata de aportar mensajes sólidos y positivos de México y nuestra marca», dijo el creativo mencionando a este grupo de connacionales que destacan en el mundo como embajadores de distintas disciplinas.

«Gente que redefine la identidad del México contemporáneo», dijo el diseñador, quien festeja su pasarela desde La Gran Urbe.

«Soy un mexicano orgulloso de nuestra rica cultura y tradiciones. Disfruto de la alegría de nuestros festejos. Me gusta esa esencia del mexicano al satirizar situaciones adversas con tal de alegrarnos el día», dijo el diseñador mencionando el agradecimiento como una costumbre que forma parte de la cultura y fortaleza de los nacidos en este gran País.

«Soy el resultado de una familia que siempre ha estado presente, rodeándome de cariño», finalizó Campillo.

Lo que mostró en NY

Su colección se llamó «Repeticiones». Exploró el realismo mágico mexicano fusionando lo cotidiano con lo surreal. Siluetas estructuradas marcadas por el traje de charro con detalles artesanales como botones hechos con flores de café.

Uso de tejidos con volúmenes, ricas texturas, drapeados y acabados envejecidos o arrugados en tonos terrosos, oscuros, grises, cremas, marrones y negros que remiten al campo mexicano. La música fue, obviamente, de sus artistas nacionales favoritos.

Conócelo

Patricio Campillo, nació en la CDMX aunque vivió en Zacualpan de Amilpas, en Morelos. Estudió Comunicación en la CDMX y comenzó trabajando en periodismo de moda. Vivió un tiempo en París y Madrid para más tarde regresar y fundar su primera marca The Pack. Ahora se llama solamente Campillo.

Fue finalista del famoso LVMH Prize, un premio a nivel internacional dado por el consorcio de Louis Vuitton. Ha desfilado ya varias veces en NY.

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